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La fatiga y la falta de energía son tan parte de la menopausia como los bochornos, el sueño interrumpido y los cambios de humor.
Sin embargo, el sangrado menstrual anormal o abundante que comúnmente ocurre durante la menopausia y la perimenopausia rara vez forma parte de la conversación sobre el tratamiento de los síntomas que afectan negativamente la calidad de vida de las mujeres.
Incluso la escala más utilizada para evaluar los síntomas de la menopausia en estudios de investigación, la Escala de Calificación de la Menopausia, no incluye preguntas sobre el sangrado menstrual.
Menopause, siguió a 2,329 mujeres de mediana edad que llevaban diarios menstruales y completaron encuestas anuales entre 1996 y 2005. Entre ellas, las mujeres hispanas representaron el 5.37% de las participantes.
La autora principal, Sioban Harlow, profesora emérita de epidemiología y obstetricia y ginecología, comparte sus reflexiones sobre el estudio.
¿Qué hace distintivo a este estudio, diferente de investigaciones previas sobre la transición menopáusica?
Aunque los estudios sobre la menopausia han documentado la prevalencia de los síntomas de fatiga, pocos han registrado los cambios en la duración o el flujo menstrual, y ninguno ha explorado el papel potencial que estos cambios en el sangrado podrían tener en provocar síntomas comunes de la menopausia, como las alteraciones del sueño y la fatiga. Este estudio es único porque hemos registrado prospectivamente calendarios menstruales mensuales y recopilado información sobre los síntomas de fatiga durante un período de 10 años, mientras las mujeres transitaban por la menopausia.
Tu estudio está tratando de determinar si el sangrado anormal es el origen biológico de la fatiga, el cansancio o la falta de energía durante la menopausia, ¿correcto?
Sí. A medida que las mujeres se acercan a la menopausia, cuando dejan de menstruar de forma permanente, el sangrado menstrual tiende a aumentar en duración y cantidad de flujo. Para hasta un tercio de las mujeres, el sangrado menstrual puede ser excesivo, durando más de ocho días o teniendo un flujo muy abundante que requiere cambios muy frecuentes de toallas sanitarias o tampones y puede ir acompañado de sangrado a través de la ropa. Cuando perdemos sangre, también perdemos hierro, y el sangrado menstrual abundante puede llevar a una deficiencia de hierro. Un síntoma común de la deficiencia de hierro es la fatiga.
Aunque las mujeres de mediana edad que pasan por la menopausia a menudo informan sentirse cansadas o fatigadas, las causas de esta fatiga rara vez se discuten en la literatura popular o científica. La fatiga en la menopausia puede estar relacionada con el sueño interrumpido debido a los sofocos o al sangrado inesperado y la necesidad de cambiar las toallas sanitarias o tampones durante la noche. Sin embargo, la fatiga también puede aumentar en asociación con un mayor riesgo de deficiencia de hierro/anemia derivada del sangrado menstrual excesivo.
¿Cuáles son tus pensamientos sobre por qué los cambios en el sangrado, una parte tan integral, si no la más obvia, de la menstruación, no se estudian más ni se discuten más?
Históricamente, la investigación sobre la menopausia se ha centrado en la postmenopausia, es decir, el período después del último ciclo menstrual, cuando las mujeres han dejado de sangrar. Los cambios en el sangrado menstrual ocurren durante la transición a la menopausia o perimenopausia, cuando muchos de los síntomas de la menopausia, como los sofocos y la interrupción del sueño, también aparecen por primera vez. Esta etapa reproductiva dura un promedio de cinco años, pero puede durar hasta 10 años.
Sin embargo, también es cierto que la menstruación sigue siendo un tema estigmatizado y rara vez se discute en espacios públicos. Esto deja a las mujeres con poco conocimiento común sobre qué cantidad de sangrado es normal o sobre los cambios menstruales que probablemente experimentarán a medida que se acercan a la menopausia, incluidos episodios de sangrado excesivo. La investigación científica sobre las disfunciones menstruales no es prioritaria, a pesar de las consecuencias para la salud del sangrado uterino anormal.
¿Qué es lo que más deseas que las mujeres sepan de los hallazgos?
El sangrado menstrual muy abundante y/o prolongado ocurre con frecuencia durante la transición a la menopausia y puede estar relacionado con la fatiga, ya sea por interrumpir el sueño o porque, al sangrar, perdemos hierro. Tanto el sangrado uterino anormal como la fatiga pueden afectar la calidad de vida y tener graves consecuencias para la salud, sin embargo, ambas condiciones son tratables y no deben simplemente sufrir. A veces puede ser difícil encontrar un proveedor de atención médica que sea conocedor y escuche tus preocupaciones, por lo que es importante encontrar un profesional informado y comprensivo.
¿Y qué hay de los proveedores de atención médica?
Los proveedores de atención primaria reciben capacitación limitada sobre la menstruación y la menopausia. Es importante que reconozcan que el sangrado uterino anormal aumenta durante la transición a la menopausia y puede tener consecuencias importantes para la salud, incluida la fatiga. Dado que ambas condiciones son tratables, los proveedores deben informar a las mujeres sobre la gama completa de opciones de tratamiento. Al evaluar la fatiga, los proveedores deben incluir un historial menstrual.
¿Por qué tú y tus coautores hacen un llamado a futuras investigaciones sobre el sangrado uterino anormal?
La experiencia de la menopausia abarca tanto la transición a la menopausia como la posmenopausia. Se necesitan mejores datos sobre la frecuencia del sangrado anormal durante la transición a la menopausia y su impacto en la calidad de vida y la salud de las mujeres. Debemos comprender hasta qué punto el sangrado uterino anormal puede estar relacionado con otros síntomas de la menopausia, como las alteraciones del sueño, la niebla mental y la discapacidad social. Las mujeres necesitan esta información.
Los coautores incluyen a Michelle Hood, Alain Mukwege y John Randolph, de la Universidad de Michigan (U-M); Gail Greendale, de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA); y Ellen Gold, de la Universidad de California, Davis.
Escrito por Kim North Shine de Michigan News, adaptado al español por Juan Ochoa de Michigan News.
La nueva investigación dirigida por la Universidad de Michigan se cree que es la primera en evaluar la relación entre el sangrado menstrual abundante y prolongado y la fatiga y falta de energía en mujeres que se acercan a la menopausia.
El estudio, publicado en